Art in Embassies Commission for the U.S. Consulate of Hermosillo, Curated by Claire D’Alba and Hafiz Imtiaz.
The work of Ruben Marroquin, conceived to occupy the spaces of the American Consulate in Hermosillo, Mexico and to dialogue with the work of creators such as Eamon Ore-Giron, among others, is made up of three dimensional bodies of sculptural nature that, united, make up the entirety of this resounding and beautiful proposal of textile art. Faithful to the language of abstraction, Marroquin resorts to organic, natural and gestural forms that appropriate the support and evoke a kind of constellation. It is about a cosmic world in which the oval and sinuous configurations project a planetary universe that tells us about the origin of the world. This vigorous proposal is achieved through the composition and use of natural and synthetic materials that give light and pictorial qualities to the piece, generating an atmosphere or hybrid aesthetic that transcends traditional classifications and bets on crossed languages, as well as open and transversal dialogues. The colors acquire a fundamental role, since the palette that the artist uses, although reduced, has the effectiveness of generating tonal nuances, glazes, brilliant, sensory and atmospheric vibrations that underline the idea of a lunar or planetary landscape, in addition to printing a sophisticated and elegant character. For its conception and elaboration, the artist started from the landscape of Hermosillo and the Punta Chueca region as well as from the Artisanal work carried out by the Seri or Comcaac indigenous group, an endonym used by this Mexican community to refer to themselves. Marroquin's poetics in this work has strong contemporary resonances with global meanings, both in style and subject matter.
Text by Patricia Velasco Barbieri
El Arte de Rubén Marroquín
Lo textil y las posibilidades técnicas que brinda el tejido son, para Ruben Marroquin, la fuente sobre la cual edifica su trabajo. Su obra apunta hacia la revisión, apropiación y reinterpretación de algunos de los lenguajes, tradiciones y corrientes de la historia del arte, formalizando esa búsqueda a partir del acto de urdir, oficio milenario de las sociedades tribales. A partir de esa conjunción de intereses, el artista desarrolla una propuesta de contundentes resonancias contemporáneas en las cuales el acto de tramar, hilar, trenzar o entretejer superan la categoría de lo artesanal. Pasado, presente y futuro confluyen en su cuerpo de trabajo, generando nuevas interrogantes sobre las posibilidades formales de la materia para crear obras de naturaleza escultórica. Los tiempos se solapan en capas de sentido -transversales, entrecruzados, polisémicos- y en esas conexiones se pone en valor y se actualiza una práctica ancestral.
El quehacer de Marroquin hunde entonces sus raíces en la investigación, interesándose en la redimensión, interrogación y reinvención de las posibilidades de los materiales y procesos de trabajo del arte textil, así como en la reflexión de las oportunidades de creación contemporánea que ofrece esa tradición. De esta manera, el artista establece dos registros estrechamente conectados por un vínculo de filiación inevitable: por un lado el material y sus posibilidades dúctiles y por el otro, la creación de un cuerpo de trabajo que vincula el arte de las fibras con las prácticas abstractas y constructivistas pero también, gestuales y orgánicas. En esta operación Marroquin no produce objetos utilitarios de resonancias simbólicas como lo hacen las sociedades tribales, sino obras bidimensionales de carácter escultórico en las cuales el acto de tejer pierde su connotación artesanal, actualizándose y estableciendo nuevas fórmulas o derivas que dialogan con la contemporaneidad.
Para la construcción de sus obras Marroquin acude al ensamblaje, buscando crear volumen para superar la cualidad plana del formato bidimensional. Al soporte tradicional le ata, cose, anuda o adjunta diversas estructuras como ramas de bambú, flotadores, salvavidas, bayas de plástico o cualquier objeto encontrado que tenga la cualidad de ligereza. A partir de allí, el artista se vale del abecedario clásico de la expresión visual: línea, trazo, materia, textura, forma, color, espacio, movimiento, ritmo. La operación consiste en cubrir esa estructura o esqueleto volumétrico envolviendo y superponiendo capas de hilo. Enfunda y forra con fibras para crear piezas textiles de naturaleza escultural donde el movimiento y lo orgánico van ganando terreno. El resultado son unos tapices en tres dimensiones, gestuales, expresivos y de gran vitalidad, en los cuales el artista dinamiza el soporte jugando con los elementos formales de composición visual. Su mundo plástico galopa entonces desde lo eminentemente abstracto y constructivista, hasta lo más orgánico, expresivo y vital. Su trayectoria se caracteriza por la experimentación y cruce de corrientes y lenguajes, partiendo de elementos y prácticas de las artes visuales pero también, de las artes manuales y artesanales. Se trata de piezas vigorosas, potentes, evocativas y con resonancias sensoriales, manuales y táctiles que exigen, cada vez más, soportes de mediano y gran formato capaces de contener toda fuerza y el ímpetu de una pulsión indetenible.
Art in Embassies Comisión para el Consulado General de Los Estados Unidos en Hermosillo Mexico de Ruben Marroquin
La obra de Ruben Marroquin concebida para ocupar los espacios del Consulado Americano en Hermosillo, México y para dialogar con la obra de creadores como Eamon Ore-Giron, entre otros, está constituida por tres cuerpos dimensionales de naturaleza escultórica que, unidos, conforman la totalidad de esta rotunda y hermosa propuesta de arte textil. Fiel al lenguaje de la abstracción, Marroquin acude a formas orgánicas, naturales y gestuales que se apropian del soporte y evocan una especie de constelación. Se trata de un mundo cósmico en el cual las configuraciones ovales y sinuosas proyectan un universo planetario que nos hablan del origen del mundo. Esta vigorosa propuesta se logra a través de la composición y el uso de materiales naturales y sintéticos que le imprimen cualidades lumínicas y pictóricas a la pieza, generando una atmósfera o estética híbrida que trasciende las clasificaciones tradicionales y apuesta por lenguajes cruzados, así como diálogos abiertos y transversales. Los colores adquieren un rol fundamental, pues la paleta que utiliza el artista si bien es reducida, tiene la eficacia de generar matices tonales, veladuras, vibraciones brillantes, sensoriales y atmosféricas que subrayan la idea de un paisaje lunar o planetario, además de imprimir un carácter sofisticado y elegante. Para su concepción y elaboración el artista partió del paisaje de Hermosillo y la región de Punta Chueca, así como del trabajo artesanal que desarrolla el grupo indígena Seri o Comcaac, endónimo utilizado por esta comunidad mexicana para referirse a sí mismos. La poética de Marroquín en esta obra posee, tanto por estilo como por temática, contundentes resonancias contemporáneas con acepciones globales.
Text by Patricia Velasco Barbieri
New York Times. Arts | Connecticut
At Fairfield Museum, Exploring Craftsmanship Across Centuries
By SARAH GOLD
January 15, 2016
The New York Times, January 15, 2016
"More nuanced — and easily the most unusual item in the exhibition — is a work of sophisticated, byzantine embroidery from Ruben Marroquin of Bridgeport. The piece, which layers needlework directly over a vintage photograph of the interior of the historic Bridgeport Arcade Mall, brings the building’s architecture, light, shadows, and ambience into vivid relief; rather than just colorizing the old photo, Mr. Marroquin has texturized it, given it depth. “Embroidery has a special way of bringing an image to life,” Mr. Marroquin said. “Using it really turns a picture into a sort of diorama.”
Sarah Gold. At Fairfield Museum, Exploring Craftsmanship Across Centuries.